sábado, 28 de noviembre de 2015

Mi regalo

Era su aniversario y decidí hacerle un regalo especial. Le iba a regalar sensaciones, así, con el paso del tiempo jamás olvidaría su 41 cumpleaños.

-Recógeme a las diez, hoy nos vamos de celebración- Lo que él no hubiera jamás imaginado es que no íbamos a ningún sitio en concreto. No le invitaba a tomar un vino, no le invitaba a cenar, ni a bailar.......

Me arreglé siguiendo mi ritual: me dí un buen baño de espuma, impregné mi piel con el aroma de la vainilla negra, arreglé mi melena, me maquillé y me vestí (por decir que lo hice). Tan sólo llevaría encima unas medias de liguero, un sujetador negro de encaje, el tanga más sexy de mi colección y unos zapatos de altísimo tacón. Me abrigué con una gabardina negra que escondía mi sorpresa y, a la hora pactada, fui a su encuentro.

Me metí en su coche, una maravilla negra, grande y confortable. Me miró embelesado y me besó. Me besó como sólo él sabe hacerlo, provocando en mí un escalofrío que recorre todo mi cuerpo.

-¿Dónde vamos?- Preguntó. -Para empezar, llévame a la Providencia- Asintió y sonrío. No sabía exactamente en qué consistía el juego, pero ya intuía que iba a ser muy divertido.

En pocos minutos llegamos a la primera parada. La Providencia en un lugar privilegiado de Gijón, allí existe un parque con vistas a toda la bahía con una gran perspectiva. El mar y las luces de la ciudad a lo lejos, rodeado de grandes praderas y paseos, lo convierten en un lugar ideal para los amantes nocturnos.

Me bajé del coche y le pedí que él hiciera lo mismo. 
Le dí una cámara de fotos -Felicidades, éste es tu regalo- y, antes de que le diera tiempo a reaccionar, me quité la gabardina. -Hoy me harás una sesión de fotos por toda la ciudad- Sus ojos brillaban de felicidad. Siempre había deseado hacer una cosa así. Hacerme fotos semi desnuda, durante la noche, arriesgándonos a ser vistos por algún otro coche o vecino. Su deseo, hoy era una realidad.

Me besó de nuevo, esta vez abrazándose fuerte a mí. En ese momento, su erección ya era palpable en su pantalón.

En ese parque comenzó la sesión. Durante dos horas recorrimos la ciudad y sus afueras. Buscamos sitios estratégicos ideales para despertar nuestro morbo.

Posé para él de mil maneras. Con y sin sujetador, apoyada en su capó a cuatro bajo una farola en el arcén de una carretera por la que pasaba algún que otro coche, bailando como una striper con una señal de tráfico, en medio de un paso de cebra, de cuclillas entre dos coches con el tanga bajado, sentada muy abierta de piernas y tocándome en el banco de un parque....

Con cada foto, nuestra excitación iba en aumento. Estábamos disfrutando como pocas veces lo habíamos hecho. LLegó un momento en el que el deseo de poseernos era tan grande que decidimos culminar la noche de manera distinta y especial.

Buscamos un aparcamiento dogging y decidimos que allí íbamos a follar. Nosotros nos disfrutaríamos mientras haríamos disfrutar a los demás.

Durante la ruta él había probado mi coño y mis pechos en varias ocasiones, pero yo todavía no había tenido su polla en la boca. Deseaba hacerlo, así que comencé con una mamada que lo volvió loco.
Era tal el grado de excitación que decidimos follar fuera del coche, así que salimos y yo me apoyé sobre su capó. Mi culo, bien en pompa, pedía guerra. Necesitaba que me sodomizara, necesitaba sentir su semen caliente dentro de mi culo. 
El público que asistía a nuestro show comenzó a masturbarse mientras contemplaba la escena. No les dejamos participar, tan sólo les permitíamos ser espectadores.

Mi amante me penetró muy despacio, aun así sentí esa punzada de dolor que da el primer embiste. Ese dolor que es placer, la sensación de ser del otro, de ser suya.

Me cogió del pelo y comenzó a bombear más fuerte, sabe que me gusta así. Con la otra mano masturbaba mi clítoris llevándome al éxtasis. Nos corrimos prácticamente a la vez, yo gemía y gritaba mientras sentía como se corría dentro de mí.

Nos aplaudieron, eso nos hizo mucha gracia.

Satisfechos y felices nos metimos en el coche y regresamos a casa. -Gracias, pequeña- me dijo antes de dejarme donde me había recogido. Y yo, de nuevo, supe por qué soy tan feliz.


NO SOY PERFECTA YA LO SE, NO HAY DUDA
PERO SOY PERFECTA PARA TI, LA TUYA.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Una noche en el Noches


Son las doce, la hora bruja.

El local abre sus puertas. Como cada viernes, mentes deseosas de placer uniran sus cuerpos en distintas formas y modos. Mujeres, hombres.....todos en perfecta armonía. Allí nadie es más que nadie; al fin y al cabo el desnudo nos hace iguales.

Las parejas liberales, las que buscan una chispa nueva y morbosa en su vida, las mujeres solas y los hombres que buscan sexo de un modo distinto. Heterosexuales, bisexuales, bilights....cada uno irá a disfrutar el sexo en el modo que le apetezca y desee. 

Personas de todas las edades, nivel cultural medio/alto y buena posición económica. La mente abierta necesita de cierta cultura para ser tal.

Algunos tan sólo tomarán una copa y observaran, otros estarán deseosos de participar pero no se atreverán (de momento) a dar ese paso, la mayoría se desnudará y dará rienda suelta a su imaginación.
Habrá parejas que sólo desean follar entre ellos pero que les excita sentirse observados, otras intercambiarán fluídos con dos o tres parejas más. Algún hombre sólo, con suerte, esa noche conseguirá algo más que tocar alguna teta o culo por debajo del agua si se encuentra con una pareja que tenga ganas de un trío HMH y le invitan a jugar. Sino, deberá conformarse con masturbarse mientras observa todo lo que tiene alrededor y que le hace sentir que se encuentra dentro de una película porno en vivo y en directo. Las mujeres solas tienen el éxito asegurado y follarán como quieren y con quien quieren. 

Sobre la una y media de la madrugada llego yo, siempre bien acompañada. Me tomo una copa en un sofá mientras disfruto del placer de mirar. Hay parejas que tan sólo charlan, otras se estan besando, otras ya comienzan a meterse mano o a comerse todavía vestidos. El jacuzzi aun está vacío, las parejas suelen ocuparlo un poco más tarde y ese será el centro de todo durante la mayor parte de la noche.
Desde el momento que pongo un pie dentro del local comienzo a sentir las miradas puestas en mí. Esa sensación me encanta. Parezco una presa observada por sus depredadores. Y yo, les repondo con una sonrisa. Quizá luego lo que estan deseando hacer conmigo se haga realidad.

Cada vez que suena el timbre, otra pareja cruza el umbral que separa el cielo del infierno (¿o es al revés?) Parece que la noche va a ser divertida, hoy hay mucho ambiente.

Veo una pareja meterse en el cuarto oscuro, al rato otra les sigue. Aun entrarán tres más. Al poco tiempo ya se escuchan gemidos y culminaciones de orgasmos.

Acabo mi copa y mi pareja y yo decidimos que nos apetece desnudarnos y meternos en el jacuzzi. Seremos los primeros de la noche en hacerlo. En cuanto estemos dentro, otras parejas y chicos solos nos seguirán.

Ya desnuda, bajo las escaleras hacia el agua con sumo cuidado, sé que estoy siendo observada. Me contoneo, me dejo ver, muestro mis atributos provocando el deleite de los que me miran ansiosos por poseerme. 
El agua está perfecta, las burbujas me acarician regalándome los primeros placeres.

Empiezo a jugar con mi pareja. Me siento en el borde del jacuzzi y le pido que me coma el coño. Me abro bien, así me aseguro que me pueden observar desde los sofás. Alguno se levanta para verlo más de cerca.

Comienzo a gemir de placer, es esa mezcla de excitación por lo que estoy sintiendo y el lugar donde esta ocurriendo.

Otras personas comienzan a entrar al agua, parejas y hombres solos.

Uno se acerca y comienza a comerme un pecho. Me encanta y acaricio su pelo. Los gemidos son ahora más intensos, estoy cerca del primer orgasmo. Aprieto bien la cabeza de mi pareja contra mí, me gusta sentirlo bien cerca. A veces necesita parar para respirar y eso le pone a 1000.

Ya están las primeras parejas follando en el agua. A mí lado, una mujer le come la polla a un hombre que esta sentado del mismo modo que yo. Es muy bruta, no me gustan las mujeres que comen la polla así. El miembro viril es un regalo de la naturaleza que debe ser tratado como lo que es, con sumo cariño y delicadeza.

Los chicos solos se acercan a las parejas e intentan meter baza. Algunas les dejan, otras le apartan la mano. Esa es la señal de "NO" y siempre debe ser respetada.  

El chico que me me estaba comiendo y besando se coloca de pie sobre el banco y me pone la polla en la cara. El éxtasis es ya máximo. Comienzo a chupársela y no tardo demasiado en correrme. 

Entonces se intercambian los papeles; mi pareja me ofrece su polla y el chico se pone un condón y comienza a follarme. Ambos se corren casi al unísono. Uno dentro mío y el otro en mi boca.

Los gemidos comienzan a llenar el ambiente. La mayoría son próximos a mí, otros llegan desde arriba, en el tatami.

Mientras me tomo un descanso disfruto viendo un intercambio frente a mí. Una de las chicas esta sentada, sobre el bordillo. La otra esta comiéndole el coño. Mientras, un chico le come las tetas. Son tetas grandes y bien puestas, de grandes aureolas y oscuras, los pezones muy marcados y erectos. 
Mientras, la chica que que la está comiendo esta recibiendo polla por detrás. A veces para y suelta un gran gemido, se nota que le puede el placer. 
Ahora mismo son el centro de todas las miradas, el espectáculo en estado puro. 
Justo a su lado, un chico se masturba bajo el agua mientras observa la escena. De repente, comienza a tocar un pecho de la penetrada, nadie le aparta. Entonces se envalentona y comienza a lamer, tampoco le apartan. Esta invitado a la fiesta privada. En un instante pasa a ser él el que la penetra, en ese momento la chica ya se ha corrido en la boca de la otra y todos deciden un cambio de postura.

Tan absorta me encuentro mirándolos que no me doy cuenta de que se me acerca un chico. Comienza a tocarme una pierna bajo el agua. Abro bien la piernas, le invito a entrar.

Mi pareja hace rato que esta follando con otra y yo no me había ni dado cuenta. 

Y así transcurre mi noche, divertida y variada. A las cinco de la madrugada me voy, exhausta y satisfecha.

Al otro lado de la puerta, camina por la calle camino a su coche Alba, la chica formal que regresa a su cotidaniedad.
NO SOY PERFECTA YA LO SE, LO HAY DUDA
PERO SOY PERFECTA PARA TI, LA TUYA

martes, 24 de noviembre de 2015

Las edades del hombre



Siempre me han atraído los hombres maduros, los hombres mayores que yo. A mis 36 años he conocido la intimidad de hombres de todas las edades. Desde los tiernos 18 a los ancianos 70.


Los jovencitos, por lo general, tienen poco que ofrecer en la cama. Con ellos disfruto de cuerpos tersos y bien torneados. Suelen ser muy impulsivos y no conocen más allá del noble arte de la penetración. Algunos, los menos, intentan comer coño, pero son incapaces de distinguir lo que son unos labios vaginales de un clítoris. Casi imposible correrse en su boca.

Eso sí, a todos les encantan las mamadas. Cuando sienten mi lengua disfrutando de su polla y sus huevos se ponen cachondos perdidos. Acostumbrados a boquitas de "niñas bien" o putillas de discoteca que juegan a ser expertas, al instante se dan cuenta de que lo que vivieron hasta ese momento no era sexo de verdad.


Muchos me buscan por eso, porque para ellos soy “una madurita” y saben que en mí encontrarán y descubrirán lo que es el SEXO con mayúsculas. Quieren una mujer en la cama, alguien que sepa lo que quiere y que disfrute, de verdad, dando placer. Alguien con las ideas claras y la mente abierta que les ayude a descubrirse en situaciones que tan sólo eran capaces de imaginar.


Mi franja favorita se sitúa entre los 40 y los 50. En ese momento, el hombre está en su punto exacto de maduración.

Me encanta observar esos cuerpos; me excita ver como la piel comienza a resentir el paso del tiempo y comienzan a aparecer las señales que anuncian el comienzo de la auténtica realización del hombre.


Son, con diferencia, los más entregados. Da igual su experiencia (los hay que llegan a los cuarenta sin haber comido un coño), todos están ávidos por aprender, por dar lo mejor de sí y satisfacer a la otra persona. De hecho, la frase que les caracteriza es “yo disfruto más dando placer que recibiéndolo”


Es el grupo de edad más dispuesto a perder la virginidad de su ano. Muchos con miedo, para otros es una fantasía oculta y la mayoría sabiendo que la vida pasa y ni la vergüenza ni los tabúes deben quitarnos la posibilidad de vivir nuevas experiencias.


Los cuarentañeros besan como nadie, acarician con sumo tacto, me tratan como si fuera un jarrón de porcelana china muy valioso que jamás debería romperse.  Y eso me encanta porque me hacen sentir mujer. Y cuando me siento mujer, me doy por entero. Sin duda alguna, los mejores orgasmos los he tenido con hombres de más de cuarenta años. 
 

Después están los hombres más mayores, los que rozan la ancianidad. Cuando me encuentro con un hombre de unos sesenta y cinco a setenta bien cuidado, educado, con saber estar y cierta experiencia en el sexo liberal me vuelvo loca. Son pocos, pero los que hay, merecen totalmente la pena.


Por supuesto, todo lo que acabo de decir está basado, tan sólo, en mí experiencia. Cada un@ tendrá su opinión y, además, en cualquier grupo de edad me he encontrado con hombres que han sido la excepción que ha confirmado mi regla.


NO SOY PERFECTA, YA LO SÉ, NO HAY DUDA
PERO SOY LA PERFECTA PARA TI, LA TUYA

lunes, 23 de noviembre de 2015

Uno de esos fetichismos

Es el tipo de hombre del que resulta muy difícil olvidarse.

Me contactó hace ya algún tiempo, estaba muy interesado en conocerme y a mí también se me antojó saber más de él a medida que charlábamos por correo. Un día decidí invitarlo a mi cama.

Vino a visitarme cinco veces, aun viviendo a más de 200 Km de mí. Yo siempre supe agradecérselo.

Maduro, rondando los maravillosos cincuenta, ya peinaba canas. Algunos hombres, a cierta edad, adquieren un aire sumamente interesante. El es uno de ellos.
Moreno, alto, con un cuerpo que sabe agradecer las horas en el gimnasio. Espalda ancha y culo duro y contundente. Labios carnosos, mirada intensa......

Seguro de sí mismo, cariñoso al trato, tanto en la cama como fuera de ella.

Le encantan las mujeres con tacones y medias, goza corriéndose sobre ellas.

Unas veces le recibía a cuatro sobre mi cama, otras sentada en una silla y bien abierta para él, también tumbada boca abajo y con las piernas cruzadas. Siempre con medias, siempre con tacones.

Se volvía loco lamiéndome los zapatos, empezaba por los tacones y los recorría enteros muy despacio, disfrutando cada instante. Cuando lo hacía, yo veía como comenzaba a ponerse erecto. Su polla era grande y gruesa, un auténtico espectáculo cuando estaba bien dura. Después, subía por las medias para acabar siempre en mi clítoris, que ya le esperaba palpitando de deseo. Me lo comía durante mucho tiempo y hacía que yo gimiera y me retorciera de puro placer. Sentía el sonido de mis jugos en su boca, como si su lengua chapotease entre mis labios.

Hubo 69 espectaculares. Por la postura y el tamaño de su polla llegaba, sin querer, a hacerme garganta profunda. Esa sensación de falta de aire mientras estoy disfrutando hace que mi placer crezca exponencialmente.
Mientras se la comía, me encantaba obervar su ano y jugar con un dedo dentro. Ver como se contraía para acogerme dentro era una visión espectacular.
Le encantaba que le mordiera los huevos, tenía una gran resistencia al dolor. Y yo, que me encanta sentirlos en la boca, obedecía y los masticaba a la vez que los acariciaba con mi lengua. Entonces le escuchaba gruñir, volverse loco de placer y eso aumentaba el mío.

Nunca follamos, nunca hizo falta. Con lamernos, comernos, masturbarnos y besarnos ya teníamos suficiente.

Se esforzaba mucho en que yo me corriera, quería darme todo el placer que le fuera posible. Es muy bueno masturbando, desde el primer día supo adecuar sus dedos al ritmo que mí clítoris necesita. 
Mientras lo hacía me miraba directamente a los ojos, eso me hacía sentir en perfecta comunión con él. -"Vamos Alba, córrete para mí" "dame tu orgasmo, Alba".
Me regalaba orgasmos verdaderamente intensos, de esos que te dejan sin aliento durante un par de minutos.

 Después era su momento, yo le acariciaba los huevos mientras el se masturbaba de rodillas a mi lado, para llegar a correrse sobre mis medias, como a él le gustaba. Me encantaba sentir el calor de su semen sobre mis piernas.

Aun recuerdo sus caras de placer. Pocos tiemblan como él en el momento justo del orgasmo. Su cuerpo se ponía terso y se le marcaban todos los músculos del torso. Esa visión me volvía loca.

Después, me limpiaba con cuidado y siempre me daba las gracias. Todo un caballero.
Pasábamos un buen rato charlando y besándonos, relajados y satisfechos. 

La última vez que nos vimos, le regalé mis medias, supongo que formarán parte de alguna morbosa colección....


NO SOY PERFECTA YA LO SÉ, NO HAY DUDA
PERO SOY LA PERFECTA PARA TI, LA TUYA.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Alma al desnudo



Sexo. Con esta simple palabra puedes atraer la atención de cualquiera. Sea hombre o mujer, da igual la edad, el que la escuche se girará para ver quién la pronuncia.

Para muchos el sexo es algo sucio, para otros algo inalcanzable (fuera de la masturbación), algunos creen que es algo tan sólo físico y la gran mayoría sabe que es algo inherente a nuestra condición y necesario.

Para mí el sexo es algo natural y que debe vivirse y disfrutarse como tal. Cuando de verdad estas dispuesto a explorar tus verdaderos gustos, lo que te da placer y lo que no y olvidas los tabúes que marca la sociedad, en ese momento, es cuando verdaderamente estás preparado para disfrutar y dar placer a otros.

Yo me considero promiscua y, sin embargo, no entiendo el sexo sin amor. No hablo de amor de pareja o amor fraternal. No. Me gusta llamarlo “amor pasional”. Hablo de la sensación de querer entregarte por entero a la otra u otras personas en el momento en que lo estás haciendo. Y de sentir como el otro u otros se están dando en cuerpo y alma para ti. En esas horas que pasas junto a otra persona, por poco que la conozcas, debes tener la sensación de que es tu amante, la persona más importante para ti en ese momento en todo el universo.
No concibo el sexo sin besos, sin caricias, sin abrazos…..Gestos de complicidad que hacen que ambos se encuentren a gusto.

Odio el sexo frío, el “aquí te pillo y aquí te mato”. Una persona debe conquistar mi mente si quiere conseguir mi cuerpo. Porque, ya lo he dicho, yo me doy por entero. 

Me preguntan a menudo: “¿qué te gusta en la cama? ,¿eres dominante o sumisa?, ¿te gusta que te hablen guarro?, ¿gimes y gritas mucho o eres más bien silenciosa?” Jamás sé que responder a eso. No lo sé porque cada hombre me provoca sensaciones distintas y hace que viva el sexo de una manera diferente. Es por ello que soy liberal y disfruto viéndome con distintos hombres. Cada uno me aporta algo distinto, cada uno hace que me entregue de un modo distinto. Y, con ello, he conseguido conquistar infinitas facetas y roles que no han hecho más que enriquecerme.

También he de reconocer que, durante un tiempo, me encandilé de un hombre que era varios en uno. Sin duda, mi mejor amante. Tenía una gran versatilidad; era cariñoso y bestia, era capaz de someterme y hacerme el amor al mismo tiempo, distante y cercano. La mayor parte de este blog está escrito gracias a él, mi verdadera inspiración y co-autor de la mayoría de mis fantasías cumplidas. Él llamó a lo nuestro "sexo guarro", sin embargo, para mí sólo era una manera de entregarme por entero. En cada orgasmo, yo ponía mi cuerpo y mi alma. Con él supe lo que era llorar de placer durante un orgasmo y, esa sensación, la tengo grabada a fuego muy dentro para la eternidad. Todavía hoy, me estremezco cuando recuerdo esos momentos.

A muchos quizá les cueste entenderlo pero esto para mí tan solo es una forma más de sentirme viva, junto con muchas otras cosas que no pertenecen a este mundo. No soy una mujer muy fogosa, en el sentido de que tampoco necesito sexo a diario ni me veo con tres hombres distintos al día. No van por ahí los tiros. Es una especie de conexión que siento cuando estoy con otras personas en la cama que hace que me sienta completa, realizada y viva. Una especie de extraña religión.

Acostumbro a hablar siempre del género masculino cuando generalizo, sin embargo, juego con todo tipo de sexos. Todos son admitidos en el juego del placer. Cierto que mi atracción física es hacia el cuerpo del hombre, pero jamás descarto divertirme con nadie sin distinguir, sexo, raza, edad o color de piel. Así todo resulta mucho más divertido.

Cuando una persona tiene el sexo que quiere y cuando quiere comienza a valorar la calidad por encima de la cantidad. Y, a partir de ese momento, tan solo importa dejarse sorprender por la vida y dejarse llevar por la intuición y la pasión. Es cuando el sexo se vuelve sexo de verdad. Cuando el físico tiene relativa importancia, cuando eres capaz de follar con alguien con tan solo un intercambio de palabras o con una simple mirada o una sonrisa.

En un período corto de tiempo, en torno a tres años, he probado una gran mayoría de prácticas sexuales. Mis fantasías han sido cumplidas con creces y he ayudado a muchas personas a cumplir las suyas. Cierto que hubo una etapa de puro desenfreno, en la que parecía que el morbo no podía tener fin. Pero todo se acaba y de ahí pasé a un momento más calmado, más maduro, más yo. Todo esto intercalado con momentos en los que rechacé totalmente el sexo con desconocidos, otros en los que solo me apetecía estar con la misma persona y tiempos en los que llegué a tener que bajarme del tren, parar y respirar.  Sólo era cuestión de encontrar mi propio equilibrio.

Tu, lector, en algún momento puedes sentir intriga por cómo será la mujer que se esconde tras Alba Desire. Te sorprenderías. Si te cruzas conmigo por la calle jamás imaginarías que esa mujer soy yo. Muchos dicen que eso forma parte de mi encanto. Me gusta que sea así, que mi vida se reparta en dos mundos diferenciados; la misma mujer viviendo dos existencias paralelas. Ambos mundos son opuestos y, a la vez, se complementan. Sin alguno de los dos no podría sentirme la mujer que ahora soy. 

Acabo de desnudar mi alma para ti, posiblemente mi desnudo más difícil.
NO SOY PERFECTA, YA LO SE, NO HAY DUDA
PERO SOY LA PERFECTA PARA TI, LA TUYA.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Segundas oportunidades

LLevaba días insistiendo, quería volver a verme pero yo no tenía especial interés en hacerlo.
El primero había sido uno de esos encuentros que te dejan como estabas, esos que no te aportan nada, que no dejan huella en ti.

Era joven, rozaba los treinta. Tenía un buen cuerpo y era alto.
Entregado en la cama, bueno en el lenguaje de las palabras sucias. Pero no hubo química, no sentí ese feeling.....A todos nos ha ocurrido varias veces, supongo.

Una mañana en la que yo estaba bastante apurada, me contactó de nuevo. Yo aun tenía que hacer gestiones antes de regresar a mi casa a hacer la comida para irme a trabajar.

Le dí, como era habitual, varias negativas; pero él insistía e insistía....Le dije que tenía que hacer la comida, pero aún así quería venir a mi casa.
Cansada de dar explicaciones le dije: -como no me ayudes a hacer la comida, no se me ocurre otra cosa que puedas hacer hoy conmigo- y entonces fue cuando todo cambió. 
 -Voy a tu casa y te hago la comida desnudo, si quieres- me dijo.
En ese instante dejé de pensar con la cabeza para comenzar a hacerlo con el coño.

Comencé a jugar. Le dije que aceptaba siempre y cuando viniera, se desnudara y no hiciera nada más que dejarme observarle mientras yo cocinaba. Aceptó. -no podrás tocarme y, por supuesto, no follaremos.- Aceptó de nuevo.

A veces pienso que me dejo convencer demasiado rápido cuando hay morbo por el medio.

En escasa media hora se presentó en mi casa. Yo estaba comenzando a cocinar pasta. Le dejé la puerta abierta y entró a mi cocina. Sin mediar palabra comenzó a desnudarse. Ya estaba erecto. Tenía una buena polla, de esas que da gusto comer. 

Me pareció divertido ponerle un delantal, era como una especie de fantasía por cumplir. La verdad es que le quedaba de escándalo, sobre todo por detrás...

Al principio fue obediente, pero sólo al principio. A los cinco minutos ya lo tenía detrás mía rozándose contra mi culo. Uffff.
Me besó el cuello y me dijo susurrando: -quiero comerte el coño.- No hizo falta escuchar más para sentir que me mojaba entera.

Se separó de mí y comenzó a tocarse. Me encanta que los hombres se toquen para mí. Se acariciaba el torso, los brazos, su polla.....

-Quiero comerte el coño, quiero comerte el coño.- No paraba de repetirlo y a mí cada vez me apetecía más que lo hiciera.

Mientras yo escurría la pasta, metió la mano por mi pantalón y comprobó el efecto que sus palabras estaban provocando en mí. Ahí me rendí. -Vamos a la cama.- Le dije.

Me cogió de la mano y él mismo me llevo, al fin y al cabo ya se sabía el camino.

Me quité el pantalón y las bragas mojadas  y me tumbé en la cama con las piernas bien abiertas para él. Entonces comenzó a cumplir su deseo y me lo comió. De rodillas, junto a mi cama y en delantal....uffff.

La verdad, este encuento no tuvo nada que ver con el primero. En aquella ocasión, el chico pasó por mi cama sin pena ni gloria y, esta vez, fue merecedor de escrirle un post.

-Ahora quiero follarte" me dijo. Podía pedirme la luna que en ese momento se la hubiera dado. Me había corrido pero aún seguía cachonda, caliente, deseosa.... Quería más, necesitaba más.
Cojí un condón de mi mesita de noche y se lo dí. 
 Se quitó el delantal y me dijo: -me correré rápido porque te tengo muchas ganas, pero no te preocupes que yo seguiré empujando hasta que te corras tu." Escuchar eso me encantó.

Y así fue, en unas cuatro o cinco embestidas se corrió y siguió trabajando hasta que también, y por segunda vez, me corrí yo.

Sólo quedó tiempo para un aseo rápido en el cuarto de baño. El tiempo juegaba en nuestra contra. Dos besos de despedida, de esos que suelen dar los chicos que tienen pareja y les cuesta separar romanticismo con puro sexo.
Y la promesa de volver a verse.

Me encantó. Creo que volveré a llamarle cuando vaya con prisa y no me de tiempo de hacer la comida. Yo quizá me quede sin comer, pero él al menos me comerá a mí el coño.

NO SOY PERFECTA YA LO SE, NO HAY DUDA
PERO SOY LA PERFECTA PARA TI, LA TUYA