viernes, 2 de junio de 2017

Mi chico

Llevaba meses sin escribir nada y no lo hice porque no tenía nada importante que contar. Os pido perdón, pero yo sólo sé escribir las sensaciones, sentimientos y anécdotas que de verdad me hayan llenado y provocado reacciones en mi mente, corazón y coño.

He pasado por meses malos, muy malos me atrevo a decir. Sin embargo y, porque el Karma me lo debía, ahora estoy en el mejor momento de mi vida. 
La vida me tenía reservada la mayor de las sorpresas para el peor momento. Justo ahí, cuando sientes que te das por vencida y tiras la toalla, que nada parece tener sentido, que todo lo que has hecho no ha servido para nada e, incluso, que no has sabido hacerlo bien. Cuando la esperanza estaba preparando las maletas para irse, apareció él.
Y lo hizo sin hacer ruido, como llegan las cosas bonitas y delicadas. Despacio, casi sin querer, fue entrando en mi vida; soplando las heridas para que resquemaran menos, tendiéndome la mano para levantarme cuando sentía que ya no tenía fuerzas, secando mis lágrimas con sonrisas, abrigándome los días de frío y sofocando mi calor con su entrega y pasión. 

Una mañana, tras despertar juntos en una habitación de hotel, después de una noche llena de besos, caricias y sexo tierno y entregado, nos miramos a los ojos y ambos supimos que nos habíamos enamorado. 

He follado con muchos hombres pero ahora he descubierto que nunca había hecho verdaderamente el amor. 

Llevamos apenas dos meses largos juntos y aún nos estamos descubriendo. Cada día ambos nos llevamos una grata sorpresa al conocer algo nuevo del otro. Es una sensación fabulosa, adictiva, casi mágica y tremendamente estimulante. 

El deseo de besarle, de tocarle, de escucharle o mirarle no me abandona en ningún momento y su simple pensamiento alegra el más gris de mis días. 

Nuestros orgasmos siempre acaban empapados en sudor. El modo en que deseo sentirme penetrada por él es inédito en mí y si no lo hace me siento incompleta.  El instante en que su polla entra en mi coño siento un escalofrío que recorre mi cuerpo y me transporta a la felicidad de sentirme conectada verdaderamente con un hombre.  El modo es que me mira cuando lo hace, sus "te quiero" mientras me penetra, la belleza sexy de su cuerpo desnudo y el modo en que lo mueve cuando sale y entra de mí hace que no sepa distinguir si lo tengo o lo sueño.

Siempre le digo que le conozco desde siempre pues la conexión que ambos tenemos tanto en la cama como fuera de ella parece la de una pareja que lleva años de relación. 
Mi chico me hace alcanzar varios orgasmos vaginales en el mismo encuentro, la mayoría culminados con un gran orgasmo clitoriano que me hace gemir, gritar, temblar y estremecer de puro placer. Desde el primer día ha sabido tocar en el lugar exacto donde yo me vuelvo loca cuando me masturban y alterna con maestría ambas manos mientras trabaja duro con sus dedos para ayudarme a alcanzar el ansiado orgasmo.

Hace dos días compartimos cama y, aun después de muchos encuentros, aun me dolían los ojos de placer al mirarle. Cuando besa mis pezones, el modo en que mueve su lengua al hacerlo y los pellizca con sus labios mientras me masturba, hace que crea que estoy soñando y me parece imposible que ese hombre tan tan guapo y maravilloso esté dándome ese inmenso placer. 

Le encanta que le pida que me coma el coño, pero es que no imagina lo que me encanta a mi que lo haga. Porque, además, le satisface limpiar mi flujo cada vez que me hace correrme. El modo en que lame cualquiera de mis dos agujeros, tanto culo como coño hace que me retuerza de placer. Noto su barba hacerme cosquillas y me encanta. Amén de cuando alcanzo el squirt y él bebe directamente de mi fuente; en ese momento creo verdaderamente estar tocando el cielo.

Su postura favorita cuando hacemos el amor es que yo me ponga a horcajadas sobre él, dice que le encanta mirarme entera cuando lo hago. El modo rítmico y sensual en que muevo mi cuerpo junto a los espasmos que siento en cada orgasmo que me hace alcanzar le dan un placer absoluto. De cuando en cuando le pongo una teta sobre la boca para que él disfrute y así yo acabar de volverme loca de placer por lo que veo y siento. Mis pezones reaccionan en el acto a su lengua y se ponen erectos y oscuros pidiendo más. 
Sin embargo, cuando cambiamos de postura y es él quien está encima ambos disfrutamos también como locos. Conmigo se aficionó al anal, práctica que no había hecho de manera habitual, pero que ahora esta descubriendo en un culo ansioso, grande y bien puesto que le abre las puertas del cielo sin necesidad de lubricación ni preparación previa. 
Mi chico y yo no usamos condón, no lo usamos porque nos sentimos dos novios y los dos tenemos confianza ciega en el otro. Gracias a eso puedo sentir su leche caliente en mi coño o culo cuando se corre dentro y sentir que la llevo ahí, conmigo, el resto del día. 

Como es perfecto, no se cierra a nada en el sexo y tiene una tendencia bicuriosa muy divertida y creativa. Por ello hemos realizado ya nuestro primer trio con otro chico y pronto haremos más cosas diferentes y divertidas. Esto está siendo para mi algo  totalmente distinto, pues lo estoy haciendo al lado de la persona de la que estoy enamorada y a la que deseo entregarme por completo, en cuerpo y alma.

Prometo plasmar aquí todo lo que ambos hagamos juntos, ya sea solos o acompañados de más personas. Siempre contando con su beneplácito. Porque él es mi musa, él es mi chico....


TODOS CREEMOS QUE NOS HEMOS ENAMORADO ALGUNA VEZ, HASTA QUE NOS ENAMORAMOS POR PRIMERA VEZ.