martes, 31 de marzo de 2020

Aislamiento

Las ganas se arremolinan en mi coño, por más que me masturbo no se me quita el deseo por ti. Echo de menos sentirte dentro, echo de menos regalarte mis orgasmos y recibir tu leche tras escucharte gemir y temblar de placer.

Nunca fue tan duro vivir esta ausencia, no estoy acostumbrada a esta falta de ti.

Sueño cada noche que me recorres entera con tu lengua, mientras me retuerzo de placer sintiendo la humedad de tu saliva. Sigo manteniendo mi coño depilado, como una muñeca, como a ti te gusta. Es mi tributo para ti.

No imaginas como echo de menos correrme en tu boca, sintiendo como después me dejas bien limpia y dilatada para penetrarme. Visualizo mil veces el modo en que abres mis piernas para, después, adentrar tu cabeza entre ellas. Imagino el modo en que levantas mis caderas para lamer mi culo, siempre dispuesto por si deseas usarlo.

Esa forma tuya de mirarme mientras haces rápidos círculos con tu lengua sobre mi clítoris, o me lames a grandes lengüetazos lento y pausado. Adoro cogerte del pelo mientras apoyas tus manos sobre mi estómago, subiendo de vez en cuando a peñizcarme un pezón. 
Adoro observarte mientras lo haces, tumbado boca abajo sobre la cama con ese armonioso cuerpo tuyo, con tu culo destacando como protagonista de todo el conjunto.

No veo el momento de volver a comerte tu deliciosa polla, siempre dura cuando estás a mi lado. Me encanta provocarte espasmos cuando succiono tu glande a la vez que juego con mi lengua sobre él. Es tanto el placer que sientes que no soportas la intensidad y necesitas apartarla de mi boca. 
Entonces paso a saborear tus huevos, siempre suaves. Meto mi lengua bien dura entre ellos y los masajeo con ternura. Me vuelve loca tenerlos dentro de mi boca, enteros y bien duros mientras chocan entre ellos en un delicioso juego.

Quiero volver a sentir, cuando ya no puedes contenerte más por penetrarme, como me metes la polla disfrutando el calor de mi coño deseoso y palpitante. Muero por esa manera tuya de comenzar a moverte sobre mí, despacio y sin pausa. Las mil formas en que me follas, cambiando cada vez que me llevas a un orgasmo. 

Gritar, necesito gritar mientras me corro. Apretar fuerte tu cuello cada vez  y sentir como me sujetas cuando comienzo a convulsionar en cada orgasmo. Quiero que los vecinos vuelvan a comprobar el placer que me das mientras escuchan tu nombre salir de mi boca.

Imagino el momento en que me mandas que me suba sobre ti y que te cabalgue para, mientras, clavar tus ojos en los míos mientras lo hago. Nada me apetece más que correrme mientras retuerces mis pezones hasta provocarme dolor. Sabes que eso me vuelve a un más perra y te cabalgo con más ganas, con más fuerza. Son inmensas las ganas de sentir como mi corrida arrolla por tus huevos.

Es maravilloso cuando decides correrte dentro mía mientras me follas a cuatro, cogiéndome fuerte por las caderas y tirando de mi pelo mientras lo haces. Mi cabeza echada hacia atrás, mis gemidos al sentir tu polla hasta el fondo de mi coño y mis súplicas pidiéndote más y  más, te llevan a un orgasmo infinito mientras yo noto como entra tu leche, entre pálpitos y calor a presión.

Necesito que todo esto termine, necesito tenerte aquí conmigo. Tus besos, tus abrazos y la manera en que te ríes con mis tonterías. Pasará, se qué pasará y todo será un mal sueño. 

Si de algo me esta sirviendo este mal sueño es para comprobar que mi deseo por ti es más fuerte que cualquier contratiempo y que la distancia y el tiempo no hacen más que acrecentarlo.

Pronto, seguro que pronto podremos tenernos de nuevo.

martes, 3 de marzo de 2020

Hombre tímido

Tú, hombre tímido, me gustas.

Tu manera de ser, tu forma de marcar las distancias, tu inseguridad disfrazada de frialdad, la manera en que te muerdes los labios cuando te quedas pensativo, el modo en que cruzas los brazos cuando hablas y tus mejillas sonrojadas cuando te clavo la mirada, me gustan.

Hombre sin apenas experiencia en el sexo, nada más allá del que pùede proporcionarte una pareja convencional sin demasiadas expectativas en el placer carnal. Con eso te conformabas, hasta ahora. Te conformabas porque nunca fuiste capaz de imaginar que una mujer como yo podría llegar a tu vida. Y eso, te asusta. Te asusta porque, de repente, deseas probar otras cosas, vivir situaciones antes imposibles para ti y que ahora yo te ofrezco.

Por eso, una y otra vez, me huyes. Pero nunca te vas demasiado lejos. Siempre estás ahí agazapado, en la sombra, mirando mis fotos y acudiendo de manera frecuente a mis perfiles.
De cuando en cuando y de manera sutil, te haces notar, para recordarme que por aquí sigues. Y yo, que no soy tonta y que te deseo, respondo con avidez a tus llamadas de atención.

Así transcurren los meses, con un deseo mutuo que parece nunca va a culminar en un buen encuentro de sexo apasionado. 

Hombre tímido, da por fin el paso. Atrévete. 

Sabes que estoy deseosa de besarte, de sentir la calided de tu boca. Tu sonrisa me anticipa que ha de ser una experiencia maravillosa sentir la humedad de tu lengua y la suavidad de tus labios.

No debes dudar de mi ansia por verte desnudo en mi cama, de recorrer cada centímetro de tu piel para llenarlo de saliva. Quiero sentir que te retuerces de ganas, que tiemblas de placer.

Ten claro que quiero comerte la polla como nunca nadie antes lo había hecho, con maestría y dedicación. Quiero demostrarte que el vicio se puede hacer con mucha ternura y que escupiré tu glande hasta llenarlo de mi saliva para, a continuación, succionarlo con fuerza mientras lo masajeo con mi lengua. Comprobarás como me la meto entera en la boca, hasta rozar con mis labios tu pubis. Y, cuando mi garganta esté llena de ti, te miraré con cariño y entrega.

Cuando sientas que no eres capaz de soportar tanto placer, me abriré de piernas para ti y te ofreceré la jugosidad de mi coño. Será todo tuyo. Te pediré que me lo comas y acariciaré tu pelo mientras lo haces. Si me llevas al orgasmo, pronunciaré tu nombre mientras me corro entre gemidos y espasmos de placer. 

A continuación, me subiré sobre ti a horcajadas y meteré tu dura polla en mi coño palpitante. Con el movimiento de mis caderas, comenzaré a cabalgarte mientras te miro con ternura y acaricio tu pecho.
Cogeré tus manos y las llevaré a mis tetas, observaré como juegas con mis pezones y las acaricias.
Yo controlaré el ritmo y llegaré pronto al orgasmo, entonces sentirás con te riego con mi líquido placer. Entonces te besaré con pasión mientras te abrazo, para volver a cabalgarte de nuevo.

También te pediré que seas tu el que me folle y, boca arriba, abriré mis piernas para mostrarte el camino. Cuando estés de nuevo dentro mío, te abrazaré fuerte con mis piernas mientras aprieto tu culo con mis manos para pegarte bien a mi.

No dejaré de gemir y de hablarte, de susurrarte en el oído lo bien que me lo haces. Sentirás mi pasión, te llegará mi ternura, gozarás de mi vicio.

Cuando estés a punto de correrte, te invitaré a que lo hagas sobre mis tetas, quiero sentir tu semén caliente sobre ellas. Mientras te masturbas yo te acariciaré los huevos y, si me dejas, dibujaré tiernos círculos alrededor de tu ano. Si tu culo se muestra dispuesto, te penetraré con suavidad con mi dedo para regalarte un orgasmo que será inolvidable.

Cuando hayas terminado, resfregaré tu regalo sobre mi pecho y probaré de mis pezones el sabor de tu corrida.

Al terminar, nos acostaremos un buen rato abrazados, mientras te beso y acaricio con cariño.

Hombre tímido, ¿a qué esperas? Te estoy esperando.