miércoles, 16 de noviembre de 2016

Volverás

Volverás. Los dos sabemos que volverás. Pasará mucho tiempo antes de que lo hagas, pero volverás.

Y yo seguiré estando aquí. Te abriré la puerta de mi vida como siempre he hecho y me mostraré contigo natural y cercana. En una cafetería discreta que quizá hoy todavía ni exista,  nos citaremos para charlar y mirarnos a los ojos. Ambos nos sorprenderemos por el cambio físico del otro, quizá los años hayan sido crueles con nosotros. O quizá no. Me encontraré con un hombre muy maduro, con canas adornando tu pelo y más arrugas surcando tu piel. Pero me niego a pensar que el tiempo robe tu esencia, tu mirada, el gesto de tu boca cuando hablas...
Me fijaré en tus manos, que seguirán tan grandes y masculinas. Tu presencia, estoy segura, seguirá siendo varonil y elegante. 

Nos interesaremos por nuestros hijos y nuestros trabajos. Me dirás que sigues en el mismo  y me hablarás de ello con tono monótono y cansado. Ninguna novedad.
Hablaremos un rato sobre mi matrimonio, porque hacerlo sobre el tuyo es algo que esta vetado.

El tiempo transformará los recuerdos en momentos divertidos y de cariño, estoy segura de que lo malo apenas hará acto de presencia en nuestra conversación. Volveremos a pedirnos perdón aun a sabiendas de que ambos estamos perdonados por el otro desde este triste presente.

Será un encuentro bonito, tierno y que nos va a hacer mucha ilusión. Porque siempre es bueno recordar momentos importantes de nuestra vida, sobretodo cuando no existe rencor.

Pero no habrá más.

Yo no temblaré cuando contactes conmigo por volver a saber de ti, no sentiré que me falta el aire cuando vuelva a escuchar tu voz. Los nervios no se apoderarán de mí ante la idea  de volver a verte ni  imaginaré ansiosa cómo serás después de tantos años. Mi corazón ya no latirá fuerte al recordar tu nombre y mi sexo no arderá de placer imaginando nuestros encuentros.
No pasaré horas eligiendo el vestido que más me favorece, ni me esforzaré en estar perfectamente peinada y maquillada para que me veas bonita, ni siquiera me perfumaré con mi mejor aroma ni saldré a comprar un precioso y sexy conjunto de ropa interior pensando en  estrenarlo para ti.

Nada de eso ocurrirá porque el tiempo, que todo lo cura, me habrá ayudado a olvidarte. Cuando vuelvas a mi vida te habrás convertido en "uno de tantos", en un recuerdo amable que formará parte de mi pasado. Nada te hará especial.  Y siento pena. Pena porque ya nada será lo mismo. Las sensaciones que estoy segura que ahora me llevarían a sentirme en un sueño, irán disipándose con el paso de los años. Y lo  harán poco a poco, hasta convertirse en una nebulosa en la que los recuerdos y las sensaciones se mezclan sin demasiada lógica y sentido.

Y tus besos ya no sabrán a Universo....al centro de mi Universo. Tu mirada ya no me recorrerá el alma haciéndome estremecer. Tus caricias no erizarán mi piel ni despertarán mis ganas. Tu voz ya no me hará temblar y mi cabeza no te imaginará desnudo sobre mi cama durante el tiempo que dure nuestra charla.

No me escucharás pedirte que me folles y que me conviertas en tu puta. Las súplicas que siempre escuchaste y  que tan mal te hacían sentir, se convertirán en un eco muy lejano del que apenas quedará un susurro. De mi boca no volverá a salir un "te quiero". Esa forma tan mía de mirarte, esa que te inquietaba, ya no la verás en mis ojos.
No volveremos a compartir mi cama, esa que durante tanto tiempo te había esperado paciente. 
Tu polla ya no será "mi gordita" y no sentiré el deseo emanar de mi boca mientras te beso, mientras te lamo y te mordisqueo con mi lengua húmeda y deseosa por ti.

Los maravillosos anales, en los que me embestías como un loco porque yo te hacía descubrir tu parte más bestia y primitiva ya serán parte del pasado. Los gemidos que me arrancabas al poseerme tan sólo serán sordos recuerdos. No te suplicaré que me azotes, que me abofetees, que me hagas tuya y que nunca dejes de hacerlo. Mi mirada no se clavará en ti mientras me follas casi haciéndome el amor, haciéndome llorar de puro placer al correrme mientras me masturbas.

Mis oídos no se derretirán porque me susurres que soy tu puta, ni mi lengua buscará la tuya para que ahogues mi sed. Jamás volveré a tocar el cielo mientras te observo y siento como llegas al orgasmo, mirando esa carita tuya transformarse y desencajarse. Tu cuerpo ya no caerá pesado sobre el mío agotado tras el esfuerzo.

No más lluvia dorada, no más sexo cerdo, no más caricias ni besos. Ya no habrá más fotos  ni vídeos mientras te corres en mi boca, tan solo te quedará el mérito de ser el único que lo ha conseguido. 

Ese mensaje que me mandabas cuando regresabas a tu casa dándome  las gracias y diciéndome que había  sido maravilloso nunca sonará en mi teléfono.

Nada de eso ocurrirá porque yo ya habré aprendido a vivir sin ti, aunque eso ahora me parezca imposible.

Ese día, en esa cafetería, seremos apenas dos desconocidos. Aunque, ahora que lo pienso, creo que nunca hemos pasado realmente de eso.


NO SOY PERFECTA YA LO SE, NO HAY DUDA
PERO SOY LA PERFECTA PARA TI, LA TUYA

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Reflexiones

Mi vida es una montaña rusa de emociones y sentimientos, es un tiovivo de sensaciones y recuerdos. Cada día no suele parecerse en nada al anterior y mis meses pasan mientras acumulo experiencias que me enriquecen y, a la vez, me destruyen.

Muchas veces, en la soledad de mis pensamientos, tengo la sensación de no haber vivido lo suficiente. Y otras, sin embargo, creo firmemente en que he vivido el equivalente a tres vidas de cualquiera.
Es por ello que no acabo de tener claro si todo lo que he hecho y descubierto realmente me ha servido para algo. 

No acabo de sentirme completa ni realizada. No he cumplido mis objetivos, pese a haber creído hace tiempo que eso estaba superado con creces. 

He vivido tanto en tan poco tiempo que todo ha perdido el sentido. Si todo hubiera ido más despacio, si yo hubiera respetado los tiempos que pueden considerarse "normales", quizá hubiera podido disfrutar de cada momento como Dios manda. 

Y me he dado cuenta de esto un día de la manera más tonta. Sentí envidia sana ante una situación que me pareció fascinante entre dos personas y pensé: "ojalá yo hubiera vivido esto". Al rato de esa reflexión, yo misma me dí cuenta de que no sólo ya lo había vivido, sino que lo había experimentado en más de una ocasión. Pero, sin embargo, no había calado en mí del modo en que yo pensé que debía hacerlo cuando vi a esos desconocidos enfrentarse a dicha situación.

Algo falla entonces. ¿De qué sirve arriesgarse, atreverse, enfrentarse, vencer el miedo o la vergüenza, lanzarse al vacío y cerrar los ojos, hacerse daño en ocasiones y portar cicatrices si, al final, lo bonito del recuerdo no queda grabado en mí?

A todos los que decís que envidiáis mi vida, os la regalo. No la quiero. Cambiaría todo lo que sé y todo lo que atesoro por volver a empezar de nuevo. Daría casi todo por volver a sentirme virgen, virgen de experiencias. 

Quiero temblar de emoción cuando un hombre que me atrae muestra interés por mí, quiero ponerme colorada cuando me lanzan un piropo, necesito sentir mariposas en el estómago cuando me dicen una palabra bonita, me merezco estremecerme ante una situación nueva y distinta para mí.

Y no quiero decir que me arrepiento del sufrimiento y las cicatrices, solo estoy diciendo que ojalá que todo ello hubiera sido por algo que verdaderamente mereciera la pena.

¿Es eso? ¿Será que todavía no llegó la persona que tocara la tecla adecuada? ¿O seré yo que tengo la maldición de no disfrutar como merezco de las cosas?
Lo pienso y lo pienso pero no soy capaz de encontrar la respuesta. Y me temo que ésta está al alcance de mis ojos y yo no soy capaz de verla.

Y, a pesar de que muchas veces me desespero, que nadie se inquiete, que yo espero.....