martes, 21 de febrero de 2017

Cuando....

Cuando te acuestas y, en el calor de tu cama vacía, sientes la imperante necesidad de masturbarte. Y a la mañana siguiente, tras un sueño reparador; necesitas, de nuevo, volver a tocarte. Cuando tus orgasmos llevan su nombre y sabes que los suyos llevan el tuyo.

Cuando tus días pasan con una sonrisa dibujada en la cara, esa que refleja que vuelves a sentirte viva.

Cuando cierras los ojos y lo visualizas desnudo en tu cama y un escalofrío de deseo recorre tu cuerpo hasta llegar a mojar tus bragas.

Cuando saboreas una y otra vez el recuerdo de ese beso que te hizo volver a tocar el cielo. Ese beso tierno y varonil, de los que parece que sólo se dan en las películas.

Cuando una voz es capaz de erizar todos tus sentidos en las largas conversaciones por teléfono. Esas en las que cuesta una vida colgar. 

Cuando sientes que eres suya, que deseas entregarte por completo. Y deseas tenerlo en tu cama y que haga contigo lo que quiera. Cuando no paras de imaginarlo sometiéndote, obligándote, metiéndote la polla en la boca con firmeza y ahogándote de placer con ella. 

Cuando imaginas esas bofetadas que puedes ya sentir en tus mejillas, con el ardor de la fuerza calmado con tiernos besos. Cuando tu culo se siente ansioso por recibirlo, por apretarlo fuerte mientras te embiste y te azota para recordarte quién es el que manda.

Cuando tu coño, muy lubricado, palpita de ganas por sentir su lengua, por correrse una y otra vez en su boca. Cuando deseas sobre todas las cosas regalarle ese squirt prometido para que pruebe el sabor de tu placer mientras mojas por entero su cara.

Cuando tu lengua muere por probar su piel, por recorrerle entero parando en cada uno de sus rincones para acabar en el agujero de su culo, ese culo ansioso por ser follado por ella. 

Cuando lo imaginas sabroso, jugoso, apretado. Cuando deseas verlo bien abierto para ti, dispuesto a recibir el placer ya casi olvidado.

Cuando te mueres porque te folle, por sentirlo encima mientras bombea, por ver su carita de placer mientras lo hace. Cuando imaginas mil posturas divertidas, cuando sabes que estarás a su merced y confías en que él sabrá llevar las riendas. 

Cuando no dudas ni por un instante de que volverás a tocar el cielo cuando te corras, entre gritos de placer y gemidos. Cuando esperas ansiosa nuestro primer orgasmo juntos para darnos cuenta de que no queremos dejar de hacerlo.

Cuando deseas que se corra sobre tus tetas para sentir el calor de su leche.

Cuando sabes que después te colmará de besos y atenciones, agradeciendo con mil gestos el momento que acabamos de vivir.

Cuando salga por la puerta de tu casa y ya lo estés echando de menos. Y, sin embargo, disfrutes de esa sensación de angustia y deseo; de esas ganas contenidas que sólo tu y él conocen.

Cuando sientes el impulso de escribirlo y que todos se enteren. Cuando lo estás relatando y te mueres de ganas por volver a masturbarte.

Cuando eso ocurre, sabes que has encontrado a tu amante.


NO SOY PERFECTA YA LO SE, NO HAY DUDA
PERO SOY LA PERFECTA PARA TI, LA TUYA