miércoles, 12 de febrero de 2020

Disfrutando de un culazo


Desde la primera vez que le ví ese tremendo culazo, ya tenía ganas de saborearlo. 

Las fotos fueron lo primero: al principio con pantalones ceñidos, después en maravillosos slip y, por último, con toda su piel al aire.

Después de un tiempo, pude observarlo en persona. Y debo decir que me gustó mucho más.

Fueron innumerables las ocasiones en las que me masturbé mientras me imaginaba disfrutándolo. Los orgasmos eran muy placenteros y me llegaban con rápidez, signo de que el chico provocaba un gran morbo en mí.

Desde el principio le hice saber, con total sinceridad, todo lo que sus posaderas me gustaban. Pero no fue hasta mucho tiempo después que dí el paso de pedirle que me dejara disfrutar de él durante un par de horas.

Accedió encantado y no tardó en buscar un hueco en su agenda para deleitarme.

Le cité en mi casa, una mañana de entre semana. Yo sabía que se depilaba entero, así que no hubo necesidad de pedirle que lo hiciera para mí.

Cuando llegó el día apareció puntual y yo le esperaba ilusionada y hambrienta. Olía muy bien, con una mezcla entre fresco y varonil y eso acabó de despertar mis ganas de él.

Le recibí en mi puerta, vestida de calle y maquillada natural. No pasamos de darnos dos besos en la mejilla, a ninguno nos salió besarnos en la boca. 
Charlamos un par de minutos de cosas banales y, enseguida, le acompañé a mi cuarto.

Con ternura y deseo comencé a desnudarlo. Me apetecía mucho hacerlo a la vez que acariciaba su maravilloso cuerpo. Cuando tan solo le quedaban puestos los slip sentí que mi coño palpitaba de deseo por él.
Y no hizo falta más que bajárselos para quedarme obnuvilada ante la tremenda polla que se asomó ante mí. En las fotos, bajo el calzoncillo, parecía mucho más pequeña. Desde luego, empalmada, era imponente. Desde ese momento supe que no me iba a conformar tan sólo con saborear su culo....

Le pedí que se tumbara boca a bajo sobre mi cama. Tardé unos segundos en acercarme a él, primero quise disfrutar de las vistas que me estaba regalando. Una piel suave envolvía un cuerpo trabajado y bien proporcionado. Con ese majestuoso culo protagonizando el conjunto que me invitaba a comerlo sin piedad.

Entonces, entré desde atrás en la cama y, de rodillas, me acerqué a sus nalgas para, a continuación, abrirlas con mis manos y dejar la entrada de su ano a la vista. En ese momento, él pegó un pequeño salto de placer y su cuerpo se erizó por completo.
Junté toda la saliva que me fué posible en mi boca para, acto seguido, dejarla caer sobre su entrada a mi paraíso. Otra vez le sentí estremecer al sentir mi húmedo calor resbalar por él.

Acto seguido, acerqué mi boca deseosa y, con un lenguazo lento y certero, le arranqué el primer gemido.

Es delicioso, su culo es delicioso. Durante muchos mitutos me dediqué a saborearlo de mil y una maneras diferentes: mi lengua dura lo folló con movimientos rápidos, con lenguetazos más amplios recorría el camino de su escroto a la rabadilla, divertidos círculos, succiones intensas y cargadas de deseo...

El no paraba de gemir y retorcerse de placer, de cuando en cuando le sentía poner las nalgas duras para, después, volver a relajarlas.

Para disfrutarle en otra postura, le cogí por las caderas y le indiqué con mi movimiento de que se pusiera a cuatro para mí. Lo entendió rápidamente.
Esa postura me encanta en un hombre; la cabeza sobre la cama, el culo en pompa y algo abierto, las piernas separadas, la polla y los huevos colgando......
No pude evitar llevar la mano a semejante instrumento. Como no, volvió a dar un salto.
Durante un buen rato me dediqué a masturbarle mientras, siempre desde atrás, le comía con mimo y pasión los huevos. 
Después, comencé a subir desde ellos a su culo, siempre sin dejar de masturbarle. Sentía que su orgasmo estaba cerca, pero eso no me preocupaba, pues él me había dicho que tenía rápida recuperación y sabía que aún podría volver a correrse antes de irse de mi casa.

Para entonces yo estaba cachonda a más no poder y no puede evitar moderle una nalga. Se le escapó un grito de dolor y eso me encendió aún más. 

Sus jadeos cada vez eran más intensos y seguidos y el chico comenzó a moverse hacia delante y hacia atrás simulando una follada, eso me indicó que la leche venía de camino. Y, sin dudarlo, metí mi lengua todo lo dura y profunda que me fue posible en su ano mientras me empleaba en no perder el ritmo con mi mano en su polla. Y, así, fue como me regaló su primera corrida. Entre sonoros gemidos y una producción de leche digna de semejante polla.

Cuando hubo terminado, se dejó caer exhausto sobre la cama. 

Yo, que no esperaba ponerme tan cachonda, decidí que lo mejor era desnudarme y aprovecharme de ese maravilloso cuerpo. Él no era capaz de moverse y seguía boca a bajo mientras recobraba el aliento.

Y me subí, con mi coño empapado, sobre su culo y comencé a frotarme contra sus nalgas. Tenía el clítoris muy sensible y me creía capaz de correrme con ese simple movimiento. En pocos minutos, su culo estaba completamente mojado de mis jugos, brillaba y olía a coño.

Sin que yo lo esperase, me indicó que se iba a dar la vuelta y me pidió que siguiera frotándome pero, esta vez, sobre su polla. Me pareció una idea genial, por supuesto.

No sé el tiempo que había transcurrido desde su corrida, pero su polla ya estaba de nuevo dura y lista para la acción. Me encantó frotarme con ella, la recorría de alante a atrás con mi coño sintiendo su dureza en mí empalmado clítoris. 

Fue en ese instante en el que él, me acercó a su boca y me besó. Me dió un beso largo y mojado, lleno de lengua y de calor. Un beso que yo no esperaba y que me llevó a aumentar la cadencia de mi movimiento de cadera y, en consecuencia, le arrastró a él a un nuevo orgasmo que regó mis labios y clítoris de leche. Y, en ese momento, sucumbí al placer, sientiendo el calor de su líquido untuoso mezclarse con mi corrida formando entre nosotros una perfecta alquimia.

No volvimos a besarnos en la boca. Nos duchamos y bajamos a la calle a tomarnos un café y a seguir charlando como si tal cosa.

Reconozco que, muchas veces, no puedo quedarme con las ganas. Y me apetecía tanto ese culo....



1 comentario: