sábado, 9 de septiembre de 2017

Cita en nuestro bar

Estoy a la puerta del bar, de nuestro bar. En apenas segundos atravesaré la puerta y te encontraré frente a mí, en la barra y sentado en un taburete. Estás tomando una cerveza porque estás muy nervioso y tienes la boca seca. Te has vestido con tus mejores galas, incluso has ido a comprar unos bóxer nuevos esta misma tarde en color rojo para que te den suerte; estás perfectamente afeitado y perfumado y con fijador moldeando tu pelo. 

De repente, sientes algo y miras hacia la puerta. Tus ojos se encuentran con los míos.
Tu tiemblas, yo sonrío.
Me acerco a ti con paso seguro y tu sientes un escalofrío que recorre todo tu cuerpo. Pienso para mí que estás muy guapo, tremendamente sexy. 
Por fin estamos cara a cara y puedo oler tu perfume, eso me excita. Dos enormes y sonoros besos nos permiten el primer contacto "piel con piel" y no puedes evitar que tu polla reaccione y se ponga dura. Entonces te pones muy colorado y pasas un mal rato, hasta que te das cuenta de que ambos estamos hablando tal y como lo llevamos haciendo todo este tiempo a través de chat y te sientes más tranquilo.

Cuando queremos darnos cuenta llevamos dos horas de charla y varias copas, el tiempo a tu lado pasa increíblemente rápido. Nos encanta hablar de mil cosas mientras nos miramos a los ojos, de cuando en cuando nos damos un gran beso y un abrazo y hemos brindado unas mil veces por esta primera cita, prometiéndonos que no será la última.

Me disculpo y me levanto al baño. Ese tiempo en mi ausencia te sirve para armarte de valor y planear el ataque que llevas deseando toda la noche. Cuando regreso, no me da tiempo a volver a sentarme cuando te lanzas a mi boca y me besas. Sin saberlo, acabas de abrir la caja de Pandora.

"Llévame a tu casa, quiero conocer tu cama" No necesito decirte más. En cinco minutos vamos rumbo a un paraíso que a ambos se nos antoja divertido y excitante.
Hasta este momento no lo sabías pero he venido a esta cita sin bragas. En el asiento de atrás del taxi abro mis piernas y te llevo la mano a mi coño para que lo descubras. 
A ti te derrite mi humedad, a mí me estremece el roce de tus dedos sobre mí clítoris. Se me escapa un gemido y el taxista mira extrañado por el retrovisor. Ahora son dos las pollas que están duras.
La tuya comienza a babear de deseo y sientes como moja tu pantalón. Entonces decido que lo mejor es limpiarla y te indico que abras la cremallera y la saques para mí. Obedeces de inmediato, dominado por una excitación que nunca antes habías sentido.
Cuando veo tu polla me quedo ojiplática; jamás la hubiera imaginado así: grande y gorda. No puedo evitar abrazarla con mis labios y rodear tu generoso capullo a lametazos. Ahora eres tu el que gime.

Pobre taxista, tan cerca y tan lejos....Pero por fin llegamos a nuestro destino y lo dejamos así, caliente como un perro y solo de nuevo. Al menos le quedará el recuerdo..

No nos da tiempo a entrar en tu casa y ya a la puerta te arrodillas ante mí y comienzas a comerme el coño; es tal mi excitación que no tardo en regalarte mi primer orgasmo. Por fin bebes el néctar de mi placer, ese sabor que llevabas semanas ansiando.

Atropellados, entre besos y caricias sin control entramos en tu cuarto. Me quito el vestido y el sujetador y te espero a cuatro sobre tu cama, mientras tu intentas desvestirte lo más rápido posible porque no puedes soportar el deseo de follarme el culo obnubilado por la tremenda visión que te regalo.

Cuando tu polla entra en mi culo a fuerza de un certero embiste, de mi boca sale un alarido del que es difícil distinguir si hay más dolor o placer y eso te vuelve, si cabe, más loco. Comienzas a follarme duro mientras me agarras fuerte del pelo y me llamas puta. Me encanta......me encanta y lo sabes.

Después de una larga sodomización sientes que estás a punto de correrte y decides salir de mí. Me ordenas darme la vuelta y que abra la boca. Yo, sumisa, obedezco. Es entonces cuando el calor de tu corrida comienza a recorrer mi cara, mi boca, mi cuello. Te escucho gruñir, de un modo casi grotesco y no paras hasta vaciarte sobre mí por entero. Cuando vuelves en ti, tu cara vuelve a tornarse calma y serena y en tu preciosa boca se dibuja una deliciosa sonrisa mientras tus labios me agradecen el tremendo orgasmo que acabas de protagonizar.

Aun respirando entre jadeos comienzas a besarme las tetas y te recreas con mis pezones, que duros agradecen tus lamidas y mordiscos. No puedo evitar sufrir espasmos pero el deseo de volver a correrme es muy intenso y la visión de tu boca y el calor de tu lengua sobre mí no hace más que aumentar mis ganas. 

En el momento que bajas a mi coño y vuelves a comerte a lametazos mi clítoris comienzo a gemir y a retorcerme mientras juego con tu pelo y empujo tu cabeza fuerte contra mí. Decides que ha llegado el momento de jugar con mi culo y yo encojo mis piernas contra mi pecho para hacerte el camino más fácil. Tu lengua entra y sale de mi ano mientras tu nariz roza mi coño como queriendo penetrarlo. Te pido que me masturbes, necesito correrme. Y así, con tu boca en mi culo y tus dedos moviéndose armónicamente sobre mí clítoris, alcanzo mi segundo orgasmo entre gritos y jadeos. Cuando termino y me relajo limpias, de nuevo, mis jugos con tu lengua hasta dejarme bien seca mientras mi coño palpita dentro de tu boca.

Estamos cansados y sabemos que aún nos queda toda la mañana por delante. Ambos nos hemos quitado el bravío y las ganas así que, entre besos y caricias, los dos nos quedamos plácidamente dormidos.

Sin duda, esos bóxer rojos te han traído suerte. La misma que he tenido yo al decidir no ponerme bragas.




TODOS PENSAMOS QUE NOS HEMOS ENAMORADO ALGUNA VEZ, HASTA QUE NOS ENAMORAMOS POR PRIMERA VEZ.

3 comentarios:

  1. Precioso y excitante, lo he disfrutado en cada línea, en cada parrafo acompañado de una erección, besazo donde más te guste hermosa

    ResponderEliminar
  2. Hay aún quien, despues de haber saboreado esta obra de arte, considere el sexo como añgo indescroptible? Pudiera ser, pero de lo que estoy completamente seguro es que estamos contemplando un renacer de las manifestaciones literarias que nos vienen ya de los antiguos clásicos. Tú obra es grande, puro erotismo. Celebro habernos conocido y haberte leído. Ya sabes quien soy.

    ResponderEliminar