viernes, 13 de mayo de 2016

Petting

La primera vez que hablamos ya me resultaste una persona interesante. Insistías en que no buscabas un polvo, que follar no te interesaba. Eso me gustó.
Lo tuyo es buscar el placer en cosas distintas, en momentos morbosos poco conocidos, en prácticas sencillas pero poco valoradas. Por eso quise conocerte. Por eso y porque eres un hombre serio, atractivo, con muy buena conversación y....alto.

Tenemos largas charlas en las que compartimos nuestras experiencias y, las tuyas, me encantan. Sabes que pocos hombres me han sorprendido como tu lo haces y pocas veces pregunto tanto como lo hago contigo.

Recuerdo el día que se nos ocurrió la idea de que vinieras a mi casa a masturbarte para mí. Yo te invitaría a un café y tu pondrías la leche.
Entrarías a mi salón y, una vez hubiéramos empezado a charlar, comenzarías a desnudarte para sentarte a mi lado y masturbarte mientras conversásemos.
Nos pareció una idea fantástica. Algo tan sencillo y morboso a la vez.

A pesar de que nos habíamos conocido primero en una cafetería y teníamos mucho hablado, al principio te mostraste nervioso por la situación. Ambos sabíamos que eso iba a suceder,  pues por muy abierto que seas de mente y muy acostumbrado que estés a jugar con distintas personas, la primera vez que te masturbas para una mujer, desnudo ante ella, resulta una situación difícil.

Tenerte a mi lado y desnudo, charlando con total normalidad mientras te tocabas la polla, resulto tan excitante y divertido como había imaginado.
Te costó bastante ponerla dura, los nervios jugaban en tu contra. Yo hice todo lo posible porque te sintieras en confianza y tu me lo agradeciste, pero no fue hasta que comencé a acariciarte los huevos que tu polla no comenzó a reaccionar. Entonces te invité a mi cama.

Desnudo, por el pasillo de mi casa, me seguiste rumbo a la habitación. Allí, te tumbaste sobre la cama, mucho más cómodo. Dediqué unos minutos tan sólo a observarte y a ambos nos gustó ese momento. Después, me senté a tu lado. Fue entonces cuando vi como tu capullo comenzaba a humedecerse, lubricado con tu líquido preseminal. Irremediablemente, mi boca se lanzó a besarlo. Una lamida disfrazada de beso, lo justo para limpiar tu humedad y sentir tu sabor.
Tu polla reaccionó rápido y se puso grande y dura.

Entonces volví a acariciarte los huevos y tu abriste tus piernas para que la tarea resultara más sencilla.

Comenzaste a tocarme, por encima de la camiseta, una teta. Yo la descubrí para ti. Hice lo mismo con la otra. Cuando las dos estaban fuera, apoyadas sobre el sujetador te las ofrecí directamente en la boca. Durante un buen rato mamaste de ellas y jugaste con mis pezones. Ibas intercalando una con la otra regalándome un placer suave y pausado.

De mis tetas pasaste a comerme la boca, con un buen arte al besar. Me gusta tu boca, me gustan tus besos, me gusta tu entrega.

Para poder moverme con más comodidad decidí desvestirme y recibí una sonrisa tuya de agradecimiento por hacerlo.

Las ganas de volver a probar tu polla llevaron mi boca hacia ella y comencé a chupar, lamer y mamar. Te hice varias gargantas profundas que te encantaron mientras tu apartabas mi pelo para ver mi cara mientras te lo hacía.

Dediqué un buen tiempo a comerte los huevos, me gustó jugar con ellos. Lametazos, besos, mordisquitos....

No pude evitar seguir bajando y comerte el culo, ambos teníamos ganas de beso negro.

Cuando llego mi momento me tumbaste boca arriba y comenzaste a comerme el coño. Descubrí que eres un virtuoso con la lengua y comprobé como lamías mis piernas, mi culo y mi barriga con sumo cuidado y delicadeza. Me hiciste sentir muy deseada y mimada.

De repente, tus dedos comenzaron a masturbarme y, mientras lo hacían, tu boca se dedico a besar mis pies. En ese momento comencé a mojarme y el "chof, chof" que hacían mis jugos al contacto con tus dedos me volvía loca de placer.

Busqué tu polla con mi mano y yo también comencé a masturbarte. Así estuvimos durante un buen tiempo. Ambos gemíamos casi al unisono y ambos nos recreábamos en el placer que nos estábamos intercambiando.

Subiste tu polla hasta mi boca y me la follaste, después me pusiste los huevos sobre la cara y comencé a lamerlos con ganas y deseo. Un leve movimiento hacia delante y tu culo fue el siguiente en pasar por mi boca.

Entonces te pedí que te pusieras frente a mi y comenzaras a masturbarte, mientras nos mirábamos yo hice lo propio con mi clítoris. Alcancé un orgasmo delicioso mientras me besabas y me animabas a correrme para ti.

Cuando yo hube terminado y me viste satisfecha, me preguntaste dónde deseaba que te corrieras para mí. Te indiqué que sobre mis tetas sería fantástico y te situaste de rodillas junto a mí para alcanzar tu clímax y regalarme tu leche caliente para hacerme sentir un nuevo escalofrío al sentirla sobre mí.

Fue un juego sencillo pero maravilloso. Me recordó al petting que tanto practique en mis años juveniles cuando me iniciaba en este placer maravilloso llamado sexo.




NO SOY PERFECTA YA LO SE, NO HAY DUDA
PERO SOY LA PERFECTA PARA TI, LA TUYA

12 comentarios:

  1. guapo el contenido muy lindo y sugerente felicidades

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  2. Respuestas
    1. Me alegro un montón que te haya gustado! Un besazo

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    2. Me alegro un montón que te haya gustado! Un besazo

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  3. Una pasada, no me gusta leer la verdad, pero me apasiona el juego y el sexo, no soy guapo, pero soy resultón y la verdad es que tengo infinidad de experiencias por contar, quizá gracias a ti algún día las escriba.
    Un placer Alba.
    Por cierto, me has puesto cachondismo!!! A ver qué hago ahora con todo esto. Muakkkkk.

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  4. Ohhhh!! QUé excitante...

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  5. Seria bueno comenzar a modificar la genitaludad del sexo para extraerlo a un ámbito "mas personal" donde sea importante el medio , el momento, las situaciones generadas para alcanzar el clímax que tanto nos gusta y "esclaviza". Así y solo así, a través de la sencillez tan abandonada como inexplorada, buscando a " la persona" es como se alcanzan momentos vividos y tan intensos capaces de trascender el individuo y llevarnos a una cota mas elevada del placer sexual. La prisa por experimentar, el placer inmediato, la insensibilidad hacia lo ajeno son enemigos tan frecuentes como nocivos que juzgan de perversos e incomprensibles a quienes disfrutamos de "los otros placeres", de otras maneras de provocación.
    Me gusta el sexo, adoro el sexo y sólo cuando has viajados por todas sus extensiones eres capaz de recrearte en la sutileza...intensa...única...morbosa...y no apta para todas las comprensiones.
    Follar Mentes
    Ser Perverso es una cualidad tan infrecuente como deliciosa cuando el/la " partenaire" lo aprecia.
    Hay quien lee el Marca y quien poesía... Nunca voy a dejar de explorar esos "versos" que una lengua,un suspiro, la yema de un dedo...deja sobre un trocin de piel.

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