martes, 17 de noviembre de 2015

Uno de tantos

Dame otro orgasmo. 

Mi cuerpo te busca, mi cabeza no te olvida. Mi humedad te recuerda.

Llévame al cielo como tu sabes.

Espósame, déjame indefensa y a tu merced. Sabes que tengo confianza ciega.

Tápame los ojos unos minutos, ponme ese antifaz que lo vuelve todo negro y hace que mis otros sentidos se enfaticen para sentir cada caricia, cada sonido, cada aliento, cada palabra.

Tócame, tócame despacio. Tus manos varoniles deber volver a recorrer mi cuerpo, que te desea.

Cómeme, mí clítoris te espera. Tu boca caliente sabe beberse mis jugos , que brotan de mí a borbotones de placer.

Fóllame; sodomiza mi culo, penetra mi coño. Embísteme primero, mientras me muestras tu lado más salvaje, para después penetrarme suave y lento mientras me susurras cuanto deseabas tenerme.

Bésame, pega tus labios a los míos mientras nuestras lenguas se buscan desesperadas.

Muéstrate, deja que te mire. Tumbate desnudo en mi cama mientras yo te observo tocarte.

Mírame, nunca dejes de mirarme. Hazlo con esos ojos que expresan pasión y locura. 

Azótame, castiga mi culo, deja tus manos marcadas en mi dolorida piel. Marca, como sabes, tu territorio.

Gime, grita y gruñe. Descárgate sobre mi cara. Cógeme fuerte del pelo para que nunca se me olvide que soy tuya.

Y, después, mientras me corro entregándome entera al orgasmo, háblame, dime que volverás de nuevo a mi cama.





NO SOY PERFECTA, YA LO SE, NO HAY DUDA

PERO SOY LA PERFECTA PARA TI, LA TUYA.

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